Hoy
martes 28 de marzo del 2017 se celebró la sesión en la OEA que muchos estaban
esperando. Al
principio, el representante de Venezuela del chavismo (un impresentable llamado Samuel Moncada), trató de
evitar que se desarrollara la sesión con la típica excusa: “eso es ingerencia". Los Representantes de Bolivia y Nicaragua también trataron de sabotear para retrasar la sesión,
tanto fue así, que tuvieron que someter a votación si se discutía o no la
problemática de Venezuela.
Sesión de la OEA 28/03/17 Imagen tomada de Talcualdigital |
Por su
puesto, el representante de Maduro y los países lameculo interesados en el petróleo venezolano votaron que NO, pero
el SI ganó y muy a su pesar se aprobó la orden del día.
Sucedió
lo que yo me esperaba y plantearé en una próxima entrada: la mayoría de los
Representantes planteaban diálogo… si, otra vez el maldito diálogo inútil. Esto
no me sorprendió, son diplomáticos, yo sabía que eso iba a pasar.
Pero en
ese momento sucedió algo genial que honestamente yo no me esperaba: el
representante de Maduro, como buen chavista, trató de refutar lo que se estaba
planteando, pero no con argumentos sólidos y mucho menos con pruebas, lo hizo
como lo haría cualquier chavista que se respete: desviando el tema y sacando “trapos
sucios” de otros países.
Los
chavistas son así: tu les planteas, por ejemplo, la problemática del
desabastecimiento y te sacan a relucir que hace mas de 20 años, por culpa de
los adecos, los pobres comían perrarina. Tu les preguntas por qué no se han
hecho las elecciones regionales en Venezuela y te contestan que Enrique Capriles
es marico y que le gusta succionar penes en el asiento de atrás de los carros.
El representante del PSUV en la OEA Samuel Moncada Imagen tomada de Noticiaaldia |
En la
sesión de la OEA pasó algo similar: el representante del PSUV no refutó lo que
se estaba planteando, se dedicó a decirle narcotraficante al colombiano y le
dijo al mexicano que para Venezuela la carta democrática es como el famoso muro
de Trump para los mexicanos.
Fue tan
dantesco el discurso de este individuo que muchos asistentes reclamaron y le
pidieron al Presidente de la OEA que por favor le llamara la atención al chavista.
El mexicano se encabronó como solo los mexicanos saben hacerlo y varias veces
amenazó con abandonar el recinto.
Estuvo
a punto de armarse un gallinero en esa verga. Cada vez que el representante de
Maduro pedía el derecho de palabra era para tirarle mierda a otros países, y en
más de una oportunidad tuvo las bolas de decir que no lo estaban dejando
hablar.
Tal vez
estás leyendo esto y no entiendes por qué al principio dije que era algo
genial. Es genial porque así TODO EL MUNDO (me refiero a los extranjeros)
entienden que el “diálogo” puede ser una palabra muy bonita para decirla en un
discurso diplomático y quedar bien, pero es COMPLETAMENTE IMPOSIBLE dialogar
con chavistas.
Con esto
no quiero decir que los diplomáticos de ahora en adelante vayan a erradicar la palabra “diálogo” cuando
hablen de Venezuela, lo van a seguir haciendo.Pero hoy todo el mundo pudo ver
con sus propios ojos cómo “dialogan” los chavistas, y tal vez, solo tal vez,
algún diplomático CON LOS PANTALONES BIEN PUESTOS diga públicamente en uno de
esos eventos que la posibilidad de diálogo está agotada y que es preferible
buscar otra opción.
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